Horas en la oficina vs ideas y conocimiento aportado

[Fuente: http://www.javiergarzas.com/2014/03/horas-vs-conocimiento.html?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+KybeleConsulting+%28Javier+Garz%C3%A1s%29]

“Mi padre, Burt Scott, que trabajó para Henry Ford durante muchos años, me contó una historia acerca de aquel encuentro. En la planta de Ford situada en River Rouge tenían problemas técnicos con un nuevo generador de gran tamaño.

Los ingenieros eléctricos de la factoría eran incapaces de encontrar dónde se hallaba el problema, por lo que Henry Ford solicitó la ayuda de Setinmetz [nota de jgarzas: que fue un grandísimo genio, de esos hoy tan desconocidos]. Cuando el “pequeño gigante” [nota de jgarzas: sufría de enanismo] llegó a la fábrica, se negó a recibir cualquier tipo de ayuda, sólo solicitó una libreta, un lapicero y un camastro.

Durante dos interminables días, y noches, Steinmetz se dedicó a escuchar el sonido del generador y a realizar incontables cálculos.

Entonces, pidió una escalera, cinta métrica y una tiza. Subió con esfuerzo a lo alto del generador y midió con sumo cuidado, colocando una precisa marca de tiza en una parte de la enorme máquina.

Hecho esto, descendió por la escalera y comentó a los escépticos presentes que era necesario desmontar una placa del lateral del generador y eliminar 16 vueltas de la bobina a partir del punto en que había realizado la marca de tiza.

Los ingenieros introdujeron más tarde las correcciones sugeridas por Steinmetz y el generador comenzó a partir de entonces a funcionar perfectamente.

Al poco le llegó a Ford una factura por 10.000 dólares firmada por Steinmetz desde General Electric. Ford devolvió la factura, agradeciendo el buen trabajo realizado por Steinmetz, pero solicitando respetuosamente una factura detallada. Steinmetz respondió enviando de nuevo la factura a Ford con el siguiente detalle:

Marca de tiza en el generador: 1 dólar [trabajo físico, nota de jgarzas].

Saber dónde hacer la marca: 9.999 dólares [idea y conocimiento, nota de jgarzas]

Total a pagar: 10.000 dólares”

La anterior historia se puede encontrar en multitud de fuentes por la Web, desconozco la fuente original (si alguien la conoce que me la pase y la cito como fuente).

En la era del conocimiento, seguir valorando el trabajo de un profesional en función de las horas que pasa sentado en la oficina, es otra de esas malas prácticas que nos ha tocado, y tocará, vivir durante muchos años, demasiados. Otra herencia envenenada que nos deja la era industrial.

En los trabajos industriales, en los trabajos de obrero, en las cadenas de montaje, en las construcciones de carreteras, puentes, etc., es hasta cierto punto lógico pensar que a “más horas de trabajo más avance del proyecto”. Pero en los trabajos del conocimiento (como por ejemplo es el desarrollo software) ¿de verdad crees que horas equivale a trabajo?

Llevo muchos  años viendo y sufriendo esta extraña manera de valorar el trabajo basado en el conocimiento, sólo por horas.

Ya desde mis primeros años, cuando trabajaba para una consultora grande en modo “body shopping”, si había algo que te hacían aprender rápido era que el mejor, el “más comprometido” le decían, era el que salía más tarde.

Daba igual que estuvieras 12 horas pensando en como organizar la fiesta del próximo fin de semana, lo importante no era tanto tu mente… era tu cuerpo sentado en una silla.

Posteriormente, incluso he visto muchos lugares que continuaban esa idea instalando sistemas de fichar que contaban las horas desde que entrabas hasta que salías (aunque mucha gente pasase la mitad de esas horas charlando frene a la máquina de café que había dentro de la oficina). Como si por tener a alguien más horas dentro de una oficina fuese a tener más ideas.

En los trabajos del conocimiento una buena idea que se explica en 5 min. puede ahorrar a una empresa, o aun equipo, meses o años, 5 min. pueden hacer ganar muchos proyectos.

Y las buenas ideas, la elaboración de muy buenos trabajos intelectuales, no sale sólo con horas… sale del conocimiento y la motivación.

Es algo que se nos ha inculcado desde nuestra educación, esfuerzo =  horas sentado =  éxito. Clavar los codos. Que sin esfuerzo no hay éxito es una realidad, que el esfuerzo no garantiza el éxito es otra, que el esfuerzo no es solo estar en la oficina es otra, esfuerzo también es estrujarse el cerebro en el coche, paseando, hasta por las noches.

Aún hoy yo intento quitarme esas ideas tradicionales industriales de la cabeza, en ocasiones sin éxito. Sé que muchas veces dando un paseo podría generar ideas geniales pero hay alguna neurona por ahí llamada remordimiento de conciencia que tiene grabado a fuego que  pasear =  no horas sentado =  no estás trabajando.

Y lo peor, es que en gran parte del mundo tecnológico no se toma en serio que las ideas que se generan muchas veces fuera de la oficina, momentos que para mí, paradójicamente, son los más me han generado grandes ideas.

Aún hoy me encuentro proyectos que solo valoran “las horas” que ven a alguien trabajando, a los que parece importarles nada el conocimiento que acumulado durante años y que se puede aportar en 30 min., conocimiento que supone años. Parece importar poco que pienses en el proyecto cuando vas en el coche, te duchas o te lavas los dientes. Importan las horas en la oficina.

Sé que el mundo aún no está preparado para valorar el trabajo de otra manera, valorar el rendimiento según la motivación, el conocimiento aportado, las ideas generadas, la felicidad aportada, la garra, la valentía para sacar algo a toda costa, la entrega, etc.

Sé que ni siquiera los negocios y modelos de facturación en los trabajos del conocimiento están preparados para ello, la mayoría de los proyectos se facturan “por horas”.

Pero déjame que me atreva a decir que los próximos años aquellas empresas que aprendan a gestionar el rendimiento como “conocimiento aportado”, más allá de “horas sentado”, abrirán una brecha sin igual con las tradicionales, las que gestionan ideas de manera similar a la gestión del trabajo en una cadena de montaje de coches.

Yo espero rodearme de las primeras.

Llegado lo cual, ojo, ello no sería el paraíso, sería un cambio de modelo, en vez de valorar las horas se valoraría el conocimiento y las ideas aportadas, más horas y no buen trabajo intelectual sería un trabajo mal realizado. Pocas horas de trabajo y ningún aporte sería un muy mal trabajo.

Para terminar, permíteme que te diga que si estás pensando que lo ideal es gente trabajando 12 horas, soltando ideas  y mucho conocimiento cada hora… es que no has entendido este post.

“Puedo decirle a un obrero que a las 7 de la mañana sea productivo. Pero ¿puedo decirle a un ingeniero que tenga una buena idea a las 7 de la mañana?” Akio Morita (fundador de Sony)

“Contar el rendimiento de un profesional del conocimiento en base a las horas que pasa sentado en una silla tiene el mismo sentido que contar el avance de un proyecto software en función del número de líneas de código, ninguno.” Yo